Vida útil de un casco de seguridad
Los cascos de protección que se utilizan en la construcción también tienen, como cualquier otra herramienta de trabajo, una fecha de obsolescencia. La ley, hoy por hoy, es interpretable y viene condicionada por la normativa EN 397 sobre cascos de protección para la industria, que recoge que el fabricante es el máximo responsable de señalar y especificar la vida útil de un casco.
Este es un elemento que desde hace años es obligatorio en el sector de la construcción y las obras y que ha protegido la vida de numerosos profesionales. Lo habitual es que uno de estos cascos tenga una vida útil que oscila entre los cinco y ocho años. Están compuestos, en su modelo estándar, por el casquete, el ala, la visera, el arnés y la banda de sujeción.
El casco debe responder a unas prestaciones/condiciones obligatorias como son el desvío de los golpes que puedan producirse en la cabeza; la absorción y disuasión de los impactos o el impedimento de lesiones en el cráneo y/o las cervicales. Debe limitar la presión en el cráneo y dispersar la energía del impacto.
El peso del casco oscila entre los 300 y los 400 gramos. Es poco recomendable un casco que pese más, pues va a ser poco práctico y nada confortable.
¿Cómo saber la caducidad de un casco?
En primer lugar debemos informarnos sobre las condiciones técnicas del casco en cuestión. Esto es tan simple como revisar la documentación o instrucciones adjuntas a la hora de hacer la compra, donde vendrán especificadas por el fabricante las condiciones de caducidad. La marca del casco y el modelo vienen indicadas en el propio casco, o en el interior del mismo o en la visera, dependiendo del modelo.
Existen circunstancias que pueden condicionar la caducidad de un casco y acelerar el deterioro del mismo. Evitémoslas en la medida de lo posible:
– Cuando haya sido repetidamente golpeado o lleva aguantando impactos prolongados y regulares en la misma zona.
– Cuando el casco ha caído desde mucha altura al suelo.
– Cuando haya sido usado para otra cosa diferente a su cometido habitual.
– Cuando ha estado expuesto durante excesivo tiempo al sol o a un frío intenso que sea desproporcionado.
Gráfico polar del casco de seguridad
En los cascos suele haber una rueda o ruleta (también llamada gráfico polar) en la que se indica la fecha de fabricación del EPI. Justo debajo, en determinados modelos, puede aparecer su fecha de caducidad; pero en la mayoría de casos no aparece y, por tanto, debemos acudir a las instrucciones para calcularla partiendo de la fecha de fabricación. Esto es muy importante que lo sepamos, pues muchos usuarios tiran las instrucciones nada más abrirlo y se quedan sin conocer la fecha de caducidad del mismo. Conservemos pues la documentación anexa.
A uno de sus lados se suele ubicar la talla y el modelo específico del casco.
Cada casco de obra debe incorporar de forma visible estas indicaciones obligatorias además del sello CE que estipula que cumple con la legislación vigente. Algunos modelos también indican hasta cuántos grados centígrados puedes usar el casco (-20ºC, -30ºC, etc) y si tiene o no ventilación.
En cualquier caso, si en el mismo caso no aparece una característica que deseamos conocer, es recomendable contactar con el fabricante o hablar directamente con un experto en la materia; algún técnico de obras o especialista en el sector.
Mantenimiento del casco de seguridad
¿Cómo realizar el mantenimiento de un casco de seguridad? En primer lugar, procura mantenerlo limpio e higienizado. Cada pocos días lava el casco con jabón neutro y abundante agua templada. Toda la carcasa del casco puedes dejarla bien limpia con ayuda de un paño y alcohol. No utilicemos nada más allá del agua y el alcohol, los productos de droguería especializados son muy fuertes y podrían dañar el interior del casco.
Una recomendación básica; evita pegarle adhesivos o pegatinas al casco, no intentes tunearlo de modo alguno ni lo pintes. Todas estas acciones podrían restarle efectividad. Lo mejor para que el casco siga protegiéndonos con garantías es dejarlo tal y como lo adquirimos.
Otro consejo que no debes pasar por alto. Si trabajando has sufrido algún golpe importante en el casco, es indispensable que lo deseches y pidas otro a la empresa. El motivo es bien sencillo, un golpe fuerte puede dejar el casco en una situación precaria para un segundo impacto. No nos arriesguemos.
Y por último, analiza el casco cada poco tiempo, detenidamente y con calma, buscando posibles roturas, fisuras, grietas o desperfectos. Si los detectas, cambia de casco inmediatamente.